Tienen un significado simbólico, pero también místico y cósmico. Se remontan a los primeros estadios de civilización neolítica. Existen descubrimientos recientes de modelos de estas estructuras, perfectamente talladas en piedra a los que se atribuyen unos 20.000 años. También está documentada su utilización por la civilización Maya y la Egipcia, como una conexión coherente entre la ciencia y la espiritualidad.

La geometría sagrada nos explica, de manera demostrable, la relación que existe en la estructura de un átomo hasta la creación de la galaxia partiendo de formas geométricas. Gracias a la geometría sagrada, podemos comprender cómo existe una conexión en toda la creación.

Con este lenguaje simbólico, podemos entender mentalmente lo que ya conocemos con la intuición.

Es a partir de este patrón de geometría que se crea la estructura primaria de ADN de toda forma de vida. Está presente en la estructura celular de la división en el embrión humano y en todas las formas de energía.

Estos 13 sistemas informativos,  dan acceso a todo lo que va del cuerpo humano a la galaxia. Son la materia con la que se hicieron todas las constelaciones y los planetas.

 

 

 

 

 

Se construyen dibujando 13 círculos que salen de la flor de la vida.

A partir de la conexión entre lo femenino (círculo) y lo masculino (línea recta), que conecta cada centro de cada círculo con todos los centros de los demás, surge el Cubo de Metatrón.

Platón, descubrió la aparición de 5 estructuras espaciales con volumen tridimensional  dentro del Cubo de Metatrón. También fue Platón quien estudió la geometría de estos sólidos y les atribuyó características metafísicas.

Aristóteles dijo que los elementos de los números eran la esencia de todas las cosas y que los cielos eran armonía y número.

Euclides de Alexandría formalizó y consolidó los sólidos platónicos como elementos matemáticos.

Estos poliedros, son la manera en que se solidifica y construye la materia. Son la estructura que tienen el núcleo atómico y la situación de los neutrones y protones creando una fuerza de succión suficiente  para mantener la fuerza nuclear y realizar movimientos de implosión y explosión.

Los encontramos en la vida animal, vegetal y orgánica, los minerales, el sonido, el arte, la arquitectura...

Llevan la armonía integrada en su propia estructura ya que todo en su conjunto es simétrico y regular: aristas, ángulos y caras tienen el mismo tamaño. Se dice que contienen en sí mismos una parte del conocimiento universal que se encuentra en los Registros Akásicos.

Cada uno de ellos se asocia a un elemento de la naturaleza, a un color, una energía y unas características de acción: